martes, 23 de julio de 2013

PUERTO MONTT Y CHILOE

Amanece apenas cuando me asomo a la cubierta. El barco parece encajado en el embarcadero de Puerto Montt. La bahía es profunda, con diversos brazos, muy bien protegida. La ciudad empieza a iluminarse; las farolas  compiten desde tierra con la luminosidad anaranjada del alba.


Apenas unas pocas horas en Puerto Montt hasta la hora de salida del autobus a Chiloé. Sale a las 10. En una hora llega a Pargua para subir al transbordador hasta Chacao y prosigue hasta Castro. Nos alojamos en el Hostal Cordillera, con habitaciones de grandes ventanales sobre la bahía.
La capital se recorre en poco tiempo: Plaza de Armas con una iglesia pintada en rabiosos limon y morado. El Museo Provincial alberga una pequeña colección de fotografias y múltiples objetos de la cultura chilota: maquetas de barcos, artilugios de madera antiguos: molinos de harina, para elaborar la sidra... Algunas fotos muestran artesanos que aun podrían transmitir sus habilidades.
En la costanera se alinean los palafitos, las viviendas tradicionales que han dado fama a la isla de grandes constructores en madera, junto a las embarcaciones, como el Ancud. Algunos de estos palafitos se han restaurado y rediseñado para convertirse en hoteles. Otros se caen de viejos. Otros se reconstruyen como viviendas.







A la mañana siguiente nos trasladamos a Ancud. Alli escogemos el Hostal Ancud, enfrente de la estación de autobuses. Su propietaria Elisabeth Vargas, es una  maestra retirada con la que es posible mantener conversciones interesantes. Las habitaciones son pequeñas pero muy buen acondicionadas y todo está impecable. En el desayuno ofrece mermeladas y dulces caseros. Nos hace algunas recomendaciones que seguiremos.
Empezamos por el Fuerte San Antonio. Prácticamente derruido, ofrece sin embargo muy buenas vistas sobre el mar. El Museo Regional, ampliado y modernizado en 2011 supera con creces al de la capital. Hay una buena exposición del hogar tradicional chilota y sus enseres, fotografías del terremoto de 1960 que arrasó la ciudad vieja, fotos de la labranza tradicional con dos largos palos. Un anciano me señala la foto, me mira y me cuenta que él aró así y luego pasó a usar el arado inglés. "Ahora todo está mecanizado y la gente se dedica a otras cosas". Hay también monedas holandesas del siglo XVI. Los barcos comerciaban con la isla a cambio de protección. Cestería y Cerámica. Y lo mas curioso son los personajes míticos hechos de fibras vegetales. En el jardín sobre el mar, hay una maqueta a escala real del Ancud.
Comemos en el mercado una "carbonada de marisco", guisado con caldo y patatas.
Por la tarde vamos a visitar la pingüinera en Punihuil. Desde la playa una pequeña lancha te aproxima a tres pingüineras. Hay pocos ejemplares pero se pueden observar bien. Hay también cormoranes, gaviotas, un lobo marino y otras aves vegetarianas. La playa es grande, en herradura, con barcas de pesca, casitas con techo de lata y un par de pequeños restaurantes.



4 imágenes:

 Figuras de seres mitológicos que pueblan el imaginario de los habitantes de Chiloé.



 En la plaza de armas uno de ellos esculpido en piedra.


Una buena fuente para entrar en estos mitos es el libro de Isabel Allende, El Cuaderno de Maya.




Vista desde el Castillo de San Antonio

Los chilotas son celosos de sus tradiciones y modos de vida. Y de gran
temperamento artístico






Dos imágenes de la pingüinera

Plaza de Armas de Ancud con una hermosa araucaria.


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