martes, 22 de febrero de 2011

NUEVA ZELANDA- The Catlins











Dejamos Queenstown para dirigirnos al extremo sur de la isla del sur. La ciudad que otea Steward Island, y mas alla el mar abierto hasta la Antartida es Invercargil. Excepto algunos edificios de piedra dejados alli por los ingleses y un buen numero de servicios, nada atrae al visitante. Nos abastecemos de provisiones para los cuatro proximos dias y encaramos la que promete ser una hermosa costa que bordea los llamados Catlins.

Se trata de una reserva natural, cuya costa recorre la carretera. Desde Waipapa Point, se alternan promontorios rocosos, largas playas sembradas de tremendas algas verdes, negras, naranjas. Donde el acantilado muere en el mar, es fácil observar focas retorzando en las pequeñas piscinas naturales entre rocas. En Waipapa, encontramos varias parejas de leones marinos, rebozados o semienterrados en la arena, ajenos a nuestro paso, despertando apenas para echarse arena con sus aletas. A una cierta distancia, dirias que estaban varados o incluso muertos. Donde la arena termina, se inicia una vegetación seca y dura, espinosa, de arbustos o árboles retorcidos y vencidos por el viento, secos por el constante azote del viento y la sal. La hoja es muy pequeña y alternada con espinas. Y de vez en cuando, la omnipresente “Wax”, especie gigante de esparto de hoja muy ancha y acerada, con largas florecencias de color chocolate, utilizada para múltiples usos por los primitivos habitantes. Cuesta imaginar esta costa en pleno invierno, azotada por el temporal del sur , con raras casas medio escondidas en las vertientes, dominando los extensos pastos de ovejas. En las escasas y diminutas poblaciones es posible encontrar alojamiento en alguna casa por poco dinero.

En Curio Bay nos aguarda un espectáculo: los pingüinos de ojos amarillos se acercan trabajosamente por las rocas que siembran la playa en mare baja. Es el periodo del cambio de pluma. En estos momentos son extremadamente vulnerables y el ser humano debe mantenerse alejado para no perturbar su ciclo. Entre las rocas de la playa es posible distinguir troncos fosilizados, algunos de gran longitud, yaciendo desnudos, tras resurgir por la acción del mar desde lo que fue hace millones de años un denso bosque.


En las cercanías de Papatowai, hay un precioso mirador sobre el mar y la costa. Pero el mayor espectáculo estaba por llegar: Nugget Point. Sobre un acantilado de 130 metros se asienta un faro y a sus pies un arco mayor de 180 grados. En el centro, un grupo de rocas preciosamente dispuestas buscan un punto de fuga en el horizonte. A la derecha, hacia el oeste una playa batida por el mar, que previamente ha sorteado otros islotes donde retozan las focas. A lo lejos por el este, otro acantilado y mas alla otra larguísima playa que se pierde en la neblina de un dia caluroso.

El paisaje y las distancias permiten entretenerse para disfrutar de cada rincón y absorber el sol que tan escasamente se ha prodigado en la región de los Sounds.


Papatowai (The Catlins), 17 de Febrero 2011




1 comentario:

  1. Fantástico recordar esos sitios tan maravillosos. Espero que os siga yendo todo bien.

    Antonio

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