sábado, 19 de febrero de 2011

NUEVA ZELANDA - Wanaka










Wanaka es una preciosa población a orillas del lago de mismo nombre. La carretera ha ido bordeando el lago y poco antes de llegar ha atravesado un estrecho istmo que lo separa del lago Hawea. La primera visión de este último nos impacta. Los verdes, azules y blancos son tan intensos como si estuvieran iluminados por dentro. Poco despues llegamos a Wanaka. Aquí disfrutaríamos de dos hermosos dias de sol, para calentar y secarnos el cuerpo y el alma. Una senda rodea el lago hacia el oeste, ofreciendo vistas cambiantes de su belleza, pasa por unos viñedos y se adentra hacia la cima de las montañas. La otra, lo rodea por el este y en un círculo completo, regresa a la población. A pesar de su atractivo turístico y los correspondientes servicios, es ésta una población tranquila, muy agradable, silenciosa a partir del anochecer, hacia las nueve. Helen y David han llegado esta misma tarde y con ellos vamos a emprender al dia siguiente el ascenso hacia el Rob Roy, otro glaciar ,al fondo de un estrecho valle por donde baja rugiendo un caudaloso arroyo de nieve. El recorrido nos llevará unas 4 horas de ida y vuelta. El fondo del valle es casi circular, con hermosos prados en distintos niveles, cuajados de flores amarillas. El perfecto mirador de tres lenguas que se deshacen en numerosas caídas de agua, engrosando asi el caudal. La senda penetra en todo su recorrido el bosque húmedo. En ocasiones algun desprendimiento de rocas dificulta el paso. En otras los arroyos la inundan brevemente y proporcionan el agua más límpida y pura que haya bebido nunca.

La excursión de hoy ha hecho olvidar el mal tiempo y las pequeñas desilusiones de no poder ver a nuestras anchas los glaciares de mas renombre. Me ha llenado de energía y de optimismo.

Mañana nos espera la ruta hasta Queenstown, la ciudad mas importante del sur, de Fiordland, la región de los fiordos, que aquí llaman Sounds.


Queenstown, 15 de febrero 2011



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